¡Los lunes no siempre inician con un día de trabajo de oficina, a menos que tu oficina esté en un valle lluvioso con cataratas! (Galería y video)
Así nos fuimos Javier Elizondo (@iscandersanders) de The Waterfall Trail este pasado 24 de octubre hacia las montañas de Turrialba. Definitivamente la suerte estuvo de nuestro lado dado que el clima fue el óptimo para poder bajar hacia el valle en donde se encuentra la catarata que nombramos “Las Nubes” porque como se encuentra en un valle de grandes dimensiones, se crean nubes ahí dentro.
Iniciamos el viaje llegando en la noche del lunes a la finca de unos conocidos, quienes nos dieron posada por las dos noches, además de increíble comida, impecable hospitalidad, genuina humildad y grandes corazones.
La primera mañana nos levantamos antes de las 5 de la mañana para fotografiar el amanecer desde esa bella montaña. El espectacular paisaje que nos entregaron las nubes con sus cambios de colores fue necesario para saber que iba a comenzar un día como ningún otro.


Prontamente y con el Sol ya bañando la montaña, nos hicieron un desayuno de reyes con café chorreado, huevos, y arepas. Alistamos todo el equipo de fotografía, algo de comida en nuestros bultos y decidimos comenzar el viaje hacia el Valle en donde se encuentra la catarata de las Nubes.

Javi fue el guía para esta caminata de la cual yo no tenía ninguna expectativa, siendo este tipo de aventura una que nunca había experimentado, pero que necesitaba lograr. Empezamos a bajar por la montaña con machete en mano y abriéndonos camino.

Duramos un par de horas en el trayecto, y tuvimos que bajar algunas partes con cuerda dado que la inclinación de la pendiente era muy pronunciada. Estuvimos en un punto con tanta inclinación que no hubo de otra que bajar en rappel a pura cuerda y casi que de emergencia, pero después de un buen nudo y algunos respiros hondos, logramos bajar casi ilesos.
Desde aquí lográbamos escuchar el sonido del río a unos cuantos metros y sin duda alguna estábamos con ganas de llegar. Y como de película, se abrió el valle virgen con mariposas morfo danzando en el aire y el río corriendo por las piedras blancas, verdes y grises.

Comenzamos a subir por el río, una caminata un tanto cansada después de ese descenso costoso, pero definitivamente valió la pena. Llegamos a Las Nubes y todo cansancio desvaneció.

La catarata es espectacular. El agua es celeste y la poza bellísima. Uno realmente se siente minúsculo estando debajo de este gran monstruo. Es realmente una escena del paraíso, con vegetación intacta por los años y alimentada por el agua pura de la catarata.
Después de hacer nuestro almuerzo ahí en el sitio, decidimos empezar a caminar de vuelta, dado que ya se estaba haciendo tarde y parecía que las nubes estaban dando signos de lluvia. Así mismo, agarramos los chunches, el equipo y comenzamos a subir por otro lado del que vinimos porque no podíamos escalar el paredón en donde quedó la cuerda.

Encontramos el trillo que Javi había hecho en su primera exploración a la Catarata y ahí hicimos acenso. La neblina nos empezó a rodear y después de unas horas subiendo, empapados y cansados por la lluvia y el camino, nos recibieron preocupados a las 5 pm, pero con café y buena comidita.
Esa noche nos fuimos a dormir a las 7 por el cansancio.
En la madrugada del miércoles nos levantó don César anunciándonos que el volcán Turrialba estaba en erupción, que no podíamos perdernos la oportunidad de tomarle foto, y eso fue exactamente lo que hicimos. Corrimos por las cámaras y nos esperaba un espectáculo realmente único: el pueblo, dado que estaba entre el Sol del amanecer y el Volcán, tiene la ventaja de que cuando asciende, baja la nube de ceniza del volcán, haciéndola tornar de diferentes colores, comenzando por el naranja.

Salimos de la finca después otro desayuno increíble de vuelta para San José. Tres días realmente inolvidables.
Link del post de The Waterfall Trail. por Javier Elizondo.
Aquí los dejo con la galería completa de las fotos del viaje:
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